"Spanish Painting From El Greco to Picasso: Time, Truth, and History"
At the
Through March 28
La Visión de
El Greco
Tiempo, Verdad e Historia en los últimos cinco siglos
Bajo el título El Greco to Picasso. Time, Truth and History (Del Greco a Picasso. Tiempo, Verdad e Historia), se presenta en el Museo Guggenheim de Nueva
La elocuencia de la elección de las obras dispuestas con un criterio temático acorde a la historia del arte español, es la gran apuesta de los comisarios de la muestra: Francisco Calvo Serraller y Carmen Giménez, prestigiosos y ampliamente reconocidos expertos, consigue hacer vibrar la historia del arte, y a nuestro juicio salvarla de algunos prejuicios antiguos, presentando al arte español en toda su historia y verdad. Frente al arte clásico, atemporal, el arte español se revela esencialmente anticlásico y por tanto consustancialmente temporal. La verdad que se desvela a través de esta muestra, lo hace al
Los temas que vertebran la exposición son híbridos de géneros pictóricos. En primer lugar el de los Bodegones españoles, las pinturas de frutas y hortalizas, de naturalezas muertas, que tienen para la pintura española una connotación distinta al resto de la pintura europea, fruto de las ideas de la Contrarreforma religiosa, pues también en las cosas sencillas se manifiesta lo sagrado. La imagen ya sin la connotación religiosa va a ser retomada por los pintores contemporáneos como un diálogo eterno con los grandes maestros, así las naturalezas muertas de Picasso o de Juan Gris, inventan el Cubismo, y se entienden ahora en toda su perspectiva cercanas a las hortalizas de Sánchez Cotan, a los cacharros de Zurbarán o Van der Hammen o a las naturalezas muertas con animales de Goya.
El paisaje por sí solo, entendido
El tema de la mujer, al que Francisco Calvo Serraller ha dedicado especial atención, está ampliamente tratado en la exposición, y realzado en todas sus posibles vertientes desde la dama noble, hasta la prostituta. La noble dama, es para la cultura española “una joven bella y silenciosa” y así lo define incluso el diccionario de Covarrubias, la Ana de Austria, de hacia 1570 de Alonso Sánchez Coello, en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, la Santa Isabel de Portugal, 1640 de Zurbaran, en el Museo Nacional del Prado, así lo ponen de manifiesto, ante todo el silencio y la belleza de su porte. Incluso la Duquesa de Alba, 1797, guapa y callada, señala con su dedo índice hacia la inscripción en tierra “sólo Goya”, es esta obra testimonio explícito de la relación entre la duquesa y el pintor y obra estrella de la Hispanic Society. Picasso también pinta mujeres silenciosas, sea la Mujer de Azul , 1901 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, o su bella esposa Olga en el sofá, pintada en Mountrouge en el otoño de 1917 y que hoy se encuentra en el Musée Picasso de París.
Como contrapunto el tema del silencioso recato se presenta la mujer en público, un juego de palabras que hace referencia a la mujer pública, y que permite alzar la vista hacia otra faceta femenina tan antigua como la historia. Se muestran nuevamente obras de primera categoría como la de Las jóvenes mujeres (la Carta, pintada por Goya hacia 1812 es una de las obras mas importantes del Museo de Lille, en ella la mujer atractiva y coqueta, que recuerda en su porte zalamero y en su parasol a la conocida pintura del quitasol de los cartones para tapices de su primera época, representa quizás la última compañera de Goya, Leocadia Weiss, envuelta por todo un velo de misterio, pues nada se sabe con certeza acerca de ella. La dureza de la mujer de la calle le pone imagen José Gutiérrez Solana, las Busconas pintura realizada hacia 1915, y hoy en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Otros de los temas femeninos, es el mundo doméstico, que cuenta con cuadros tan excepcionales tanto por su factura como por la originalidad de su tema, como es la pintura de Zurbarán, La casa de Nazareth, 1644, en la colección Colomer y La costurera, pintada alrededor del año 1640 por Velázquez y hoy en la National Gallery de Washington; por otro lado y en un mismo punto de sobriedad compositiva aunque cargada además de una atmosfera fuertemente melancólica es La Planchadora, 1904 de Picasso, que pertenece a la colección Salomon R. Guggenheim Museum, y que fue también expuesta en el Museo del Prado en la muestra de Picasso y el Arte Español hace unos escasos meses y realizada por estos mismos comisarios.
Una imagen que se ve siempre cercana a lo femenino, es la imagen de la mujer llorando que tiene además un gran eco en la pintura española. La mujer que sufre, no necesita contenerse y llora, las Dolorosas, como la de Murillo del Museo de Bellas Artes de Sevilla, o las mujeres penitentes, como la Santa María Egipcíaca de José de Ribera, del Museo Civico de Nápoles, son grandes heroínas; tanto como la heroína moderna pintada por Picasso en su Mujer llorando y que representa a su mujer Dora Maar. Estos estudios serán utilizados para la realización de El
Siguen desfilando por la exposición, mujeres Vírgenes o madres, pintadas tanto por Dalí o Picasso
Mar Sánchez-Ramón
Ph D. Art History
Profesor de Historia del Arte de la Universidad Rey Juan Carlos